Dra. Grace Prada Ortiz.
Revista Praxis Nº 60. 2007. UNA
Gabriela
Mistral es una figura femenina con muchas facetas: poeta, maestra, periodista,
diplomática y además, una mujer itinerante. Este ensayo abunda en su posición
sobre las mujeres, en particular respecto a su derecho a la educación, para
proponer que su postura comporta un planteamiento liberador y profundamente
humano. Históricamente, las mujeres han sido excluidas de participar en la
formación de la sociedad y todo proceso de construcción del conocimiento, sin
embargo, éstas han enfrentado luchas con el propósito de transformar su
condición. Gabriela Mistral proyectó su pensamiento hacia un cambio de
ideología en la sociedad latinoamericana. Sus ideas y acciones en defensa de
las mujeres de clases sociales vulnerables han propiciado una mayor igualdad en
materia laboral y educativa.
Desde los anales de la historia las mujeres hemos
participado en todos los órdenes y estructuras sociales. Las sociedades de
corte androcéntrico han invisibilizado a las mujeres de los procesos de
construcción social, de la cultura, la historia, la política, la economía y por
supuesto del conocimiento. Al respecto Gabriela Mistral dice:
“Las mujeres formamos un hemisferio humano. Toda ley,
todo movimiento de libertad o de cultura nos ha dejado por largo tiempo en la
sombra. Siempre hemos llegado al festín del progreso, no como el invitado
reacio que tarda en acudir, sino como el camarada vergonzante al que se invita
con atraso y al que luego se disimula en el banquete por necio rubor. Más sabia
en su inconsciencia, la naturaleza pone u luz sobre los dos flancos del planeta.
Y es ley infecunda toda ley encaminada a transformar pueblos y que no toma en cuenta
a las mujeres”
Nuestra historia es prolija en ejemplos de exclusión
de las mujeres en el campo educativo. Recluidas en el ámbito doméstico y
condicionadas a tener únicamente dos opciones en sus vidas, el matrimonio o el
convento. Las mujeres se abrieron espacio en la educación, lenta y tenazmente;
muchas buscaron el claustro en aras del saber y el conocimiento, baste recordar
a Sor Juana Inés de la Cruz, “por exceso de sensibilidad se apartó. Su
actitud aparece más estética que mística”, recuerda Gabriela Mistral.
Es sabido que Sor Juana Inés de la Cruz, no se recluyó
en el convento por su infinita devoción a Dios, sino por su gran deseo de saber
y la imperiosa necesidad de expresarse a través de las letras. Así la recuerda
Mistral:
“Fue primero el niño prodigio que aprende a leer, a
escondidas, en unas cuantas semanas; y después la joven desconcertante, de
ingenio ágil como la misma luz, que dejaba embobados a los exquisitos
comensales del virrey Mancera. ¡Pobre Juana! tuvo que soportar ser el dorado
entretenimiento del hastío docto de los letrados… Más tarde es la monja sabia,
casi única en aquel mundo ingenuo y poco simple de los conventos de mujeres. Es
extraña esa celda con los muros cubiertos de libros y la mesa poblada de globos
terráqueos y aparatos para cálculos celestes…”
El "atrevimiento" de Sor Juana, en aquella
época de oscurantismo escolástico, le atrajo enemigos con la Inquisición. En su
obra clásica "Respuesta a Sor Filotea de la Cruz" escribió:
"¿Qué entendimiento tengo yo, qué estudio, qué
materiales, ni qué noticias para eso. Sino cuatro bachillerías superficiales?
Dejen eso para quien lo entienda, que yo no quiero ruido con el Santo Oficio,
que soy ignorante y tiemblo de decir alguna proposición malsonante o torcer la
genuina inteligencia de algún lugar. Yo no estudio para escribir, ni menos para
enseñar (que fuera en mí desmedida soberbia), sino solo por ver si con estudiar
ignoro menos. Así lo respondo y así lo siento"
La letrada monja mexicana del siglo XVII, abrió la
puerta de la educación y el conocimiento para las mujeres de las Américas,
puerta que estamos decididas a ensanchar, para las nuevas generaciones de
mujeres del nuevo milenio. Las mujeres mexicanas dieron claras muestras de
participación en la educación, aunque la escuela secundaria para señoritas se
abrió hasta 1869 y con ella, el espacio para que las mujeres tuviesen acceso a
la educación técnica, ciertamente fue en carreras que eran prolongación de las
labores domésticas, como el bordado, la costura, y la relojería. Ellas
continuaron abriéndose espacio en la educación superior, en medicina, derecho y
el ejercicio del magisterio.
Entre las maestras de Nuestra América que fueron
revolucionando el acceso de las mujeres al conocimiento, emerge del maravilloso
valle del Elqui, la maestra de las Américas, Gabriela Mistral. Su pensamiento acerca
de la educación de las mujeres gira en torno a tres tópicos fundamentales,
libertad, autonomía y emancipación. Para ella las mujeres para ser sujetos
activos de la sociedad debían tener los mismos derechos que los hombres.
Gabriela Mistral en su lucha por educar a las mujeres le da prioridad a la educación
de las mujeres pobres, ella asume que la pertenencia de clase limita todo el potencial
de las mujeres pobres. Sus ideas forman parte de una lucha más amplia que se gestó
en los albores del siglo XX, la lucha de los obreros por sus derechos laborales
inspirados en la lucha clases, consigna política del Marxismo de amplia
difusión en los pueblos de Nuestra América. Retomando la idea de la educación
de las más pobres, Gabriela Mistral, sentenció:
“Y no se nos diga que la mujer humilde no necesita de
instruirse para alcanzar hasta las cimas morales de abnegación. Conozco las
almas maravillosas que ha sacudido el destino como una sarta de estrellas en la
clase humilde; he visto tal vez los ejemplares más puros de la humanidad nacer,
desarrollarse sin estímulo en un ambiente inauditamente hostil; pero sé también
que cuando la naturaleza no pone en los hombres la virtud fácil como pone el
perfume en la flor, sólo la educación es capaz de crear el sentimiento y tatuar
los deberes en la mitad del pecho humano”
Aún cuando no podemos decir que la Maestra Mistral,
tuviese filiación con partido alguno, como ella misma lo afirma: “mi
posición a favor de la paz no dimana de partido político, pues no pertenezco a
ninguno”
Su pensamiento social, la llevó a abogar por los
derechos de los más pobres; coincidiendo con los ideales políticos, de una de
las más destacadas maestras y pensadoras costarricenses, Carmen Lyra; quien
además de maestra y anarquista, fue escritora y fundadora del Partido Comunista
de Costa Rica. Democratizar la educación y dar opciones para que las mujeres
salieran de la pobreza, fue una tarea a la que la Maestra de América dedicó
gran parte de sus escritos y su trabajo de convencimiento político. Al respecto
escribió:
“La masa de un pueblo necesita capacitar, en breve
tiempo, a sus hombres a y a sus mujeres para la luchar por la vida”
Uno de sus más beligerantes ensayos, en que Mistral
prioriza la educación de las mujeres es, La instrucción de la mujer, escrito
en 1906, elocuentemente ella levanta la bandera de la lucha por el derecho de
las mujeres a la educación y así discurre:
“En todas la edades del mundo en que la mujer ha sido
la bestia de los bárbaros y la esclava de los civilizados, ¡cuánta inteligencia
pérdida en la oscuridad de su sexo!, cuántos genios no habrán vivido en la
esclavitud vil, inexplotados ignorados! Instrúyase a la mujer; que no hay nada
en ella que le haga ser colocada en un lugar más bajo que el del hombre. Que
lleve una dignidad más al corazón por la vida: la dignidad de la ilustración
Que algo más que la virtud le haga acreedora al respeto, a la admiración,
al amor. Tendréis en el bello sexo instruido, menos miserables, menos fanáticas
y menos mujeres nulas. Que con todo su poder, la ciencia que es Sol, irradie en
su cerebro. Que la ilustración le haga conocer la vileza de la mujer vendida,
la mujer depravada. Y le fortalezca para las luchas de la vida. Que pueda
llegar a valerse por sí sola y deje de ser aquella creatura que agoniza y
miseria si el padre, el esposo o el hijo no la amparan. ¡Más porvenir para la
mujer, más ayuda! Búsquesele todos los medios para que pueda vivir sin mendigar
protección.
Con este discurso, Mistral critica con severidad la
subordinación a la que han sido
sometidas las mujeres, confía en la fuerza de éstas para enfrentar los retos de
una educación igualitaria, apuesta por la dignificación de las mujeres como seres
humanos y ciudadanas, hasta entonces de segunda clase. Y visualiza la educación,
como la única posibilidad de hacer de ellas, personas libres, dignas y capaces
de revertir la ignorancia de las futuras generaciones.
Gabriela Mistral y las mujeres
Para nuestra pensadora latinoamericana la relación
primigenia y más importante que debían tener las mujeres, era con los niños y
las niñas y la familia, es decir en el mundo privado y de los afectos. Desde
siempre el patriarcado ha asociado a las mujeres con la naturaleza, por aquello
de que somos portadoras de la vida. Con la fertilidad de la tierra se identifican
nuestros cuerpos. Culturalmente se parte del supuesto de que debemos estar
prestas a recibir la semilla que nos hará “realmente mujeres”.
La maternidad lejos de ser una opción que podamos
escoger de manera libre y consciente, ha sido y lamentablemente, sigue siendo
una imposición social, y hay de aquella que no quiera ¡“parir”! Las
instituciones patriarcales han tejido finamente el mito de la maternidad,
sirviéndose para ello, del ideológico discurso del marianismo y también de
todas las odas a la maternidad escritas por hombres y mujeres de todos los
tiempos.
Gabriela Mistral sucumbió de manera consciente al
discurso de la maternidad y contribuyó con su pensamiento, expresado en poesía
y en ensayos, a hacer de la maternidad el ideal de ser mujer y para el cual
todas debemos vivir. En la maternidad encontraba Mistral la mayor realización
para las mujeres, tal vez, porque ella nunca fue madre y porque en las
sociedades patriarcales de su época, era la única opción loable que asignaban a
las mujeres. Entonces, todo lo que atentará con distraer o separar, a las
mujeres de sus labores de madre y formadora, preocupaba enormemente a la
Mistral, es por ello que en diferentes momentos discrepó de las luchas de las
feministas. Y especialmente de la incorporación de las mujeres a trabajos duros
y degradantes, según su criterio.
“La participación, cada día más intensa, de las
mujeres en las profesiones liberales y en las industriales trae una ventaja: su
independencia económica, un bien indiscutible; pero trae también cierto
desasimiento del hogar, y, sobre todo, una pérdida lenta del sentido de la
maternidad”
En la mayoría de sus escritos la maternidad es
determinante para la formación de la “mujer nueva” como nos lo hace saber.
“Para mí, la forma de patriotismo femenino es la
maternidad perfecta. La educación patriótica que se da a la mujer es, por lo
tanto, la que acentúa en sentido de la familia“.
En la incorporación de las mujeres al trabajo
remunerado de la fábrica y la industria encontraba Gabriela una pérdida del ser
y el valer femenino, pero su mayor preocupación se centraba en la pérdida de
las funciones maternales de las mujeres. Su idea de la división sexual del
trabajo, parte de que existen algunas tareas en las que por su fuerza o por el
nivel de desarrollo creativo, según ella, las mujeres no pueden realizar, así
la cosas para la Mistral, a las mujeres les faltaba desarrollo intelectual para
cumplir a cabalidad, y así lo expresa:
“Yo no deseo a la mujer como presidenta de Corte de
Justicia, aunque me parece que está muy bien en un Tribunal de Niños. El
problema de la justicia superior es el más complejo de aquí abajo; pide una
madurez absoluta de la conciencia, una visión panorámica de la pasión humana,
que la mujer casi nunca tiene. (Yo diría que jamás tiene). Tampoco la deseo reina
a pesar de las Isabeles, porque casi siempre el gobierno de la reina es el de
los ministros geniales”
En 1927, cuando la maestra de América escribió este
discurso, su idea de ciudadanía de las mujeres, parece reducirse única y
exclusivamente al ámbito de lo doméstico y a ciertas funciones públicas, en las
que ellas pudieran reproducir el mundo de lo privado. Mujeres carentes de poder
e incapacitadas para tomar decisiones sobre los problemas fundamentales de la
sociedad, mujeres sin conciencia de sí mismas y de su entorno. Esta visión
reducida de las mujeres sin desarrollo pleno de sus capacidades físicas y
mentales, y solamente preparadas para el ejercicio de la maternidad, era propia
de la época que le tocó vivir a Gabriela Mistral. Sin embargo, el feminismo
como corriente de pensamiento emancipadora tenía trayectoria en el continente. Es
evidente la discrepancia de ella con las feministas, como también lo es su posición
conservadora ante el la posibilidad de que las mujeres tuviesen acceso al poder.
La maestra de América y el feminismo
Entendiendo los feminismos en su sentido más amplio, y
en la diversidad que somos las mujeres, se puede decir, que los feminismos de
todos los tiempos, son movimientos sociales que buscan la autonomía, la
emancipación, la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres. De lo
que se trata, entonces, es de un pensamiento liberador, siendo así, el
pensamiento de Gabriela Mistral es compatible con las ideas liberadoras
feministas.
Sería craso error, identificar a la maestra de América
con los feminismos contemporáneos, lo que sí es factible, es reconocer en su
pensamiento, una constante lucha por garantizar a las mujeres igualdad en
materia de educación y a tener trabajos dignos de su “feminidad.” En su defensa
contra los argumentos esgrimidos por las feministas de época Gabriela Mistral
es contestataria cuando dice:
“Es ingenuo que se llame enemiga de la mujer que
trabaja a una mujer que ha trabajado desde los catorce años y que trabaja
todavía; que se quiera convencer a las feministas de que tienen una enemiga en
alguien que ha hecho tanto como cualquiera de ellas ---y ni un punto menos---
por la suerte de las mujeres de nuestros países; que se hable de mi odio hacia
las empleada y obreras, para quienes no he pedido sino trabajo dulce, trabajo decoroso,
trabajo en relación con su cuerpo débil y su alma limpia, que no debe
encanallarse en las fábricas. Es de un ingenuo que toca lo grotesco.
… En mi pequeña documentación sobre el feminismo, no
estaba este dogmatismo torquemadesco; cualquier adquisición de experiencia y de
información es buena !la apedreadura injusta también !
En su debate contra quienes la calificaban de
antifeminista, ella hace saber que, apoya el derecho al voto y que siempre ha
defendido a las mujeres que no asumen pose de feministas:
“El derecho al voto me ha parecido siempre cosa
naturalísima. Pero, yo distingo entre derecho y sabiduría; y entre “natural y
sensato”. Hay derechos que no me importa ejercitar, porque me dejarían tan
pobre como antes. Yo no creo en el Parlamento de las mujeres, porque tampoco
creo en el de los hombres…
… Yo oiría con gusto a una delegada de las costureras,
de las maestras primarias, de cada una de las obreras de calzado o de tejidos,
hablar de lo suyo en legítimo, presentando en carne viva lo que es su oficio.
Pero me guardaría bien de dar mi tiempo a la líder sin oficio, que representa
al vacío como el diputado actual, y en cuya fraseología vaga, no se caza presa alguna de
concepto ni interés definido.
Gabriela Mistral nunca identificó con las
feministas-ortodoxas, como muchas de sus contemporáneas y de las actuales. Sin
embargo, su pensamiento y acciones políticas en defensa de las mujeres de las
clases sociales más vulnerables, son coherentes con sus ideales de libertad e
igualdad y su práctica revolucionaria en la educación. Ella fue una
librepensadora que tuvo el privilegio de ser portadora de ideas avanzadas, se
formó con los más nobles ideales del momento histórico en que desarrolló su
vida intelectual.
Fue una mujer visionaria y embajadora del pensamiento
latinoamericano, a quien el maestro costarricense, Joaquín García Monge, abrió
las páginas de una de las revistas más importantes de la cultura nacional, el
Repertorio Americano, aquí quedó plasmada la relación intelectual de dos
pueblos que siguen siendo hermanos, el chile y el costarricense.
En 152 textos, entre ensayos y poemas transcurre el
pensamiento de Gabriela Mistral, entre 1919-1951. Treinta años de escritura
femenina latinoamericana, en un espacio intelectual, que fue tribuna del
pensamiento costarricense y latinoamericano.
De cara al nuevo milenio, el estudio del pensamiento
libertario y emancipador que nos legó a mujeres y hombres la Mistral, más que
un ejercicio académico, debe llevarnos a reflexionar acerca del compromiso
social y político, que tenemos las y los educadores de Nuestra América con la
juventud latinoamericano.
Es tarea de mujeres y hombres con sentido humano y
liberador, rechazar todo forma de opresión, más allá de nuestras fronteras.
Realizar acciones concretas por la paz mundial y educar a las futuras
generaciones, con los más nobles ideales que abrazó la maestra de América, la
libertad, el amor al trabajo, el respeto y derecho a la tierra, y la paz para
todos sin importar, clase sociales, pertenencia étnica, preferencias sexuales
ni credos religiosos.
Grace Prada Ortiz
Estudios realizados:
- 2002- Doctora en Estudios Latinoamericanos con mención en Pensamiento Latinoamericano. Tesis Doctoral. Mención de Honor Cum Laude: Mujeres forjadoras del pensamiento costarricense: Ensayos femeninos y feministas.
- 1981 Máster en Ciencias Históricas. Universidad de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba. Moscú, Rusia.
- Cursos Impartidos, seminarios sobre el tema de Género y Estudios latinoamericanos y Estudios de la Mujer, Literatura y género, Género y desarrollo rural. Historia de América Latina, Economía política de América Latina, Metodología de la investigación Grado y posgrado.
Libros y ensayos publicados:
- Mujeres forjadoras del pensamiento costarricense: ensayos femeninos y feministas.
- El pensamiento filosófico desde las Mujeres, Prometeo 33
- La Feminización de la palabra y las pensadoras costarricenses, Prometo 38
- Más de 40 ensayos e investigaciones publicadas en revistas nacionales y extranjeras tales como la Revista Repertorio Americano, Temas de Nuestra América, Revista de dones i text ualita.. Universitat de Barcelona, Facultad de Filología. Revista Ensayos pedagógicos. Universidad Nacional. División de Educología. Investigación conjunta para la Red Internacional de Formación. Colegio de las Américas, Canadá-UNESCO. Sobre temas de feminismos, género, historia de América Latina, pensamiento latinoamericano y feminista.
Distinción Académica:
- 2004 Catedrática de la Universidad Nacional
- Profesora Distinguida Maestría Regional en Estudios de la Mujer
BIBLIOGRAFÍA.
ü Mistral Gabriela. (Pedro Pablo Zegger), Pensamiento feminista-Mujeres
y oficios. RIL EDITORES, Santiago, 1999
ü Mistral Gabriela. Pensamiento pedagógico. Cuadernos del Centro 8.
Centro de Estudios Generales. Universidad Nacional. Costa Rica, 1999.
ü Mistral Gabriela. (Mario Céspedes. Gabriela Mistral en el “Repertorio Americano”,
Editorial, UCR, 1978.
ü Teitelboim Volodia. Gabriela Mistral Pública y secreta. Editorial
Sudamericana,
ü Santiago de Chile, 1996.