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jueves, 16 de abril de 2015

LA EDUCACIÓN Y EL FEMINISMO EN EL PENSAMIENTO DE GABRIELA MISTRAL

Dra. Grace Prada Ortiz.

Revista Praxis Nº 60. 2007. UNA 

 Gabriela Mistral es una figura femenina con muchas facetas: poeta, maestra, periodista, diplomática y además, una mujer itinerante. Este ensayo abunda en su posición sobre las mujeres, en particular respecto a su derecho a la educación, para proponer que su postura comporta un planteamiento liberador y profundamente humano. Históricamente, las mujeres han sido excluidas de participar en la formación de la sociedad y todo proceso de construcción del conocimiento, sin embargo, éstas han enfrentado luchas con el propósito de transformar su condición. Gabriela Mistral proyectó su pensamiento hacia un cambio de ideología en la sociedad latinoamericana. Sus ideas y acciones en defensa de las mujeres de clases sociales vulnerables han propiciado una mayor igualdad en materia laboral y educativa.

Las mujeres y la educación.

Desde los anales de la historia las mujeres hemos participado en todos los órdenes y estructuras sociales. Las sociedades de corte androcéntrico han invisibilizado a las mujeres de los procesos de construcción social, de la cultura, la historia, la política, la economía y por supuesto del conocimiento. Al respecto Gabriela Mistral dice:
“Las mujeres formamos un hemisferio humano. Toda ley, todo movimiento de libertad o de cultura nos ha dejado por largo tiempo en la sombra. Siempre hemos llegado al festín del progreso, no como el invitado reacio que tarda en acudir, sino como el camarada vergonzante al que se invita con atraso y al que luego se disimula en el banquete por necio rubor. Más sabia en su inconsciencia, la naturaleza pone u luz sobre los dos flancos del planeta. Y es ley infecunda toda ley encaminada a transformar pueblos y que no toma en cuenta a las mujeres”
Nuestra historia es prolija en ejemplos de exclusión de las mujeres en el campo educativo. Recluidas en el ámbito doméstico y condicionadas a tener únicamente dos opciones en sus vidas, el matrimonio o el convento. Las mujeres se abrieron espacio en la educación, lenta y tenazmente; muchas buscaron el claustro en aras del saber y el conocimiento, baste recordar a Sor Juana Inés de la Cruz, “por exceso de sensibilidad se apartó. Su actitud aparece más estética que mística”, recuerda Gabriela Mistral.
Es sabido que Sor Juana Inés de la Cruz, no se recluyó en el convento por su infinita devoción a Dios, sino por su gran deseo de saber y la imperiosa necesidad de expresarse a través de las letras. Así la recuerda Mistral:
“Fue primero el niño prodigio que aprende a leer, a escondidas, en unas cuantas semanas; y después la joven desconcertante, de ingenio ágil como la misma luz, que dejaba embobados a los exquisitos comensales del virrey Mancera. ¡Pobre Juana! tuvo que soportar ser el dorado entretenimiento del hastío docto de los letrados… Más tarde es la monja sabia, casi única en aquel mundo ingenuo y poco simple de los conventos de mujeres. Es extraña esa celda con los muros cubiertos de libros y la mesa poblada de globos terráqueos y aparatos para cálculos celestes…”
El "atrevimiento" de Sor Juana, en aquella época de oscurantismo escolástico, le atrajo enemigos con la Inquisición. En su obra clásica "Respuesta a Sor Filotea de la Cruz" escribió:
"¿Qué entendimiento tengo yo, qué estudio, qué materiales, ni qué noticias para eso. Sino cuatro bachillerías superficiales? Dejen eso para quien lo entienda, que yo no quiero ruido con el Santo Oficio, que soy ignorante y tiemblo de decir alguna proposición malsonante o torcer la genuina inteligencia de algún lugar. Yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar (que fuera en mí desmedida soberbia), sino solo por ver si con estudiar ignoro menos. Así lo respondo y así lo siento"
La letrada monja mexicana del siglo XVII, abrió la puerta de la educación y el conocimiento para las mujeres de las Américas, puerta que estamos decididas a ensanchar, para las nuevas generaciones de mujeres del nuevo milenio. Las mujeres mexicanas dieron claras muestras de participación en la educación, aunque la escuela secundaria para señoritas se abrió hasta 1869 y con ella, el espacio para que las mujeres tuviesen acceso a la educación técnica, ciertamente fue en carreras que eran prolongación de las labores domésticas, como el bordado, la costura, y la relojería. Ellas continuaron abriéndose espacio en la educación superior, en medicina, derecho y el ejercicio del magisterio.
Entre las maestras de Nuestra América que fueron revolucionando el acceso de las mujeres al conocimiento, emerge del maravilloso valle del Elqui, la maestra de las Américas, Gabriela Mistral. Su pensamiento acerca de la educación de las mujeres gira en torno a tres tópicos fundamentales, libertad, autonomía y emancipación. Para ella las mujeres para ser sujetos activos de la sociedad debían tener los mismos derechos que los hombres. Gabriela Mistral en su lucha por educar a las mujeres le da prioridad a la educación de las mujeres pobres, ella asume que la pertenencia de clase limita todo el potencial de las mujeres pobres. Sus ideas forman parte de una lucha más amplia que se gestó en los albores del siglo XX, la lucha de los obreros por sus derechos laborales inspirados en la lucha clases, consigna política del Marxismo de amplia difusión en los pueblos de Nuestra América. Retomando la idea de la educación de las más pobres, Gabriela Mistral, sentenció:
“Y no se nos diga que la mujer humilde no necesita de instruirse para alcanzar hasta las cimas morales de abnegación. Conozco las almas maravillosas que ha sacudido el destino como una sarta de estrellas en la clase humilde; he visto tal vez los ejemplares más puros de la humanidad nacer, desarrollarse sin estímulo en un ambiente inauditamente hostil; pero sé también que cuando la naturaleza no pone en los hombres la virtud fácil como pone el perfume en la flor, sólo la educación es capaz de crear el sentimiento y tatuar los deberes en la mitad del pecho humano
Aún cuando no podemos decir que la Maestra Mistral, tuviese filiación con partido alguno, como ella misma lo afirma: “mi posición a favor de la paz no dimana de partido político, pues no pertenezco a ninguno”
Su pensamiento social, la llevó a abogar por los derechos de los más pobres; coincidiendo con los ideales políticos, de una de las más destacadas maestras y pensadoras costarricenses, Carmen Lyra; quien además de maestra y anarquista, fue escritora y fundadora del Partido Comunista de Costa Rica. Democratizar la educación y dar opciones para que las mujeres salieran de la pobreza, fue una tarea a la que la Maestra de América dedicó gran parte de sus escritos y su trabajo de convencimiento político. Al respecto escribió:
“La masa de un pueblo necesita capacitar, en breve tiempo, a sus hombres a y a sus mujeres para la luchar por la vida”
Uno de sus más beligerantes ensayos, en que Mistral prioriza la educación de las mujeres es, La instrucción de la mujer, escrito en 1906, elocuentemente ella levanta la bandera de la lucha por el derecho de las mujeres a la educación y así discurre:
“En todas la edades del mundo en que la mujer ha sido la bestia de los bárbaros y la esclava de los civilizados, ¡cuánta inteligencia pérdida en la oscuridad de su sexo!, cuántos genios no habrán vivido en la esclavitud vil, inexplotados ignorados! Instrúyase a la mujer; que no hay nada en ella que le haga ser colocada en un lugar más bajo que el del hombre. Que lleve una dignidad más al corazón por la vida: la dignidad de la ilustración
Que algo más que la virtud le haga acreedora al respeto, a la admiración, al amor. Tendréis en el bello sexo instruido, menos miserables, menos fanáticas y menos mujeres nulas. Que con todo su poder, la ciencia que es Sol, irradie en su cerebro. Que la ilustración le haga conocer la vileza de la mujer vendida, la mujer depravada. Y le fortalezca para las luchas de la vida. Que pueda llegar a valerse por sí sola y deje de ser aquella creatura que agoniza y miseria si el padre, el esposo o el hijo no la amparan. ¡Más porvenir para la mujer, más ayuda! Búsquesele todos los medios para que pueda vivir sin mendigar protección.
Con este discurso, Mistral critica con severidad la subordinación a la que  han sido sometidas las mujeres, confía en la fuerza de éstas para enfrentar los retos de una educación igualitaria, apuesta por la dignificación de las mujeres como seres humanos y ciudadanas, hasta entonces de segunda clase. Y visualiza la educación, como la única posibilidad de hacer de ellas, personas libres, dignas y capaces de revertir la ignorancia de las futuras generaciones.

Gabriela Mistral y las mujeres
Para nuestra pensadora latinoamericana la relación primigenia y más importante que debían tener las mujeres, era con los niños y las niñas y la familia, es decir en el mundo privado y de los afectos. Desde siempre el patriarcado ha asociado a las mujeres con la naturaleza, por aquello de que somos portadoras de la vida. Con la fertilidad de la tierra se identifican nuestros cuerpos. Culturalmente se parte del supuesto de que debemos estar prestas a recibir la semilla que nos hará “realmente mujeres”.
La maternidad lejos de ser una opción que podamos escoger de manera libre y consciente, ha sido y lamentablemente, sigue siendo una imposición social, y hay de aquella que no quiera ¡“parir”! Las instituciones patriarcales han tejido finamente el mito de la maternidad, sirviéndose para ello, del ideológico discurso del marianismo y también de todas las odas a la maternidad escritas por hombres y mujeres de todos los tiempos.
Gabriela Mistral sucumbió de manera consciente al discurso de la maternidad y contribuyó con su pensamiento, expresado en poesía y en ensayos, a hacer de la maternidad el ideal de ser mujer y para el cual todas debemos vivir. En la maternidad encontraba Mistral la mayor realización para las mujeres, tal vez, porque ella nunca fue madre y porque en las sociedades patriarcales de su época, era la única opción loable que asignaban a las mujeres. Entonces, todo lo que atentará con distraer o separar, a las mujeres de sus labores de madre y formadora, preocupaba enormemente a la Mistral, es por ello que en diferentes momentos discrepó de las luchas de las feministas. Y especialmente de la incorporación de las mujeres a trabajos duros y degradantes, según su criterio.
“La participación, cada día más intensa, de las mujeres en las profesiones liberales y en las industriales trae una ventaja: su independencia económica, un bien indiscutible; pero trae también cierto desasimiento del hogar, y, sobre todo, una pérdida lenta del sentido de la maternidad”
En la mayoría de sus escritos la maternidad es determinante para la formación de la “mujer nueva” como nos lo hace saber.
“Para mí, la forma de patriotismo femenino es la maternidad perfecta. La educación patriótica que se da a la mujer es, por lo tanto, la que acentúa en sentido de la familia“.
En la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado de la fábrica y la industria encontraba Gabriela una pérdida del ser y el valer femenino, pero su mayor preocupación se centraba en la pérdida de las funciones maternales de las mujeres. Su idea de la división sexual del trabajo, parte de que existen algunas tareas en las que por su fuerza o por el nivel de desarrollo creativo, según ella, las mujeres no pueden realizar, así la cosas para la Mistral, a las mujeres les faltaba desarrollo intelectual para cumplir a cabalidad, y así lo expresa:
“Yo no deseo a la mujer como presidenta de Corte de Justicia, aunque me parece que está muy bien en un Tribunal de Niños. El problema de la justicia superior es el más complejo de aquí abajo; pide una madurez absoluta de la conciencia, una visión panorámica de la pasión humana, que la mujer casi nunca tiene. (Yo diría que jamás tiene). Tampoco la deseo reina a pesar de las Isabeles, porque casi siempre el gobierno de la reina es el de los ministros geniales”
En 1927, cuando la maestra de América escribió este discurso, su idea de ciudadanía de las mujeres, parece reducirse única y exclusivamente al ámbito de lo doméstico y a ciertas funciones públicas, en las que ellas pudieran reproducir el mundo de lo privado. Mujeres carentes de poder e incapacitadas para tomar decisiones sobre los problemas fundamentales de la sociedad, mujeres sin conciencia de sí mismas y de su entorno. Esta visión reducida de las mujeres sin desarrollo pleno de sus capacidades físicas y mentales, y solamente preparadas para el ejercicio de la maternidad, era propia de la época que le tocó vivir a Gabriela Mistral. Sin embargo, el feminismo como corriente de pensamiento emancipadora tenía trayectoria en el continente. Es evidente la discrepancia de ella con las feministas, como también lo es su posición conservadora ante el la posibilidad de que las mujeres tuviesen acceso al poder.

La maestra de América y el feminismo
Entendiendo los feminismos en su sentido más amplio, y en la diversidad que somos las mujeres, se puede decir, que los feminismos de todos los tiempos, son movimientos sociales que buscan la autonomía, la emancipación, la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres. De lo que se trata, entonces, es de un pensamiento liberador, siendo así, el pensamiento de Gabriela Mistral es compatible con las ideas liberadoras feministas.
Sería craso error, identificar a la maestra de América con los feminismos contemporáneos, lo que sí es factible, es reconocer en su pensamiento, una constante lucha por garantizar a las mujeres igualdad en materia de educación y a tener trabajos dignos de su “feminidad.” En su defensa contra los argumentos esgrimidos por las feministas de época Gabriela Mistral es contestataria cuando dice:
“Es ingenuo que se llame enemiga de la mujer que trabaja a una mujer que ha trabajado desde los catorce años y que trabaja todavía; que se quiera convencer a las feministas de que tienen una enemiga en alguien que ha hecho tanto como cualquiera de ellas ---y ni un punto menos--- por la suerte de las mujeres de nuestros países; que se hable de mi odio hacia las empleada y obreras, para quienes no he pedido sino trabajo dulce, trabajo decoroso, trabajo en relación con su cuerpo débil y su alma limpia, que no debe encanallarse en las fábricas. Es de un ingenuo que toca lo grotesco.
… En mi pequeña documentación sobre el feminismo, no estaba este dogmatismo torquemadesco; cualquier adquisición de experiencia y de información es buena !la apedreadura injusta también !
En su debate contra quienes la calificaban de antifeminista, ella hace saber que, apoya el derecho al voto y que siempre ha defendido a las mujeres que no asumen pose de feministas:
“El derecho al voto me ha parecido siempre cosa naturalísima. Pero, yo distingo entre derecho y sabiduría; y entre “natural y sensato”. Hay derechos que no me importa ejercitar, porque me dejarían tan pobre como antes. Yo no creo en el Parlamento de las mujeres, porque tampoco creo en el de los hombres…
… Yo oiría con gusto a una delegada de las costureras, de las maestras primarias, de cada una de las obreras de calzado o de tejidos, hablar de lo suyo en legítimo, presentando en carne viva lo que es su oficio. Pero me guardaría bien de dar mi tiempo a la líder sin oficio, que representa al vacío como el diputado actual, y en cuya fraseología vaga, no se caza presa alguna de concepto ni interés definido.
Gabriela Mistral nunca identificó con las feministas-ortodoxas, como muchas de sus contemporáneas y de las actuales. Sin embargo, su pensamiento y acciones políticas en defensa de las mujeres de las clases sociales más vulnerables, son coherentes con sus ideales de libertad e igualdad y su práctica revolucionaria en la educación. Ella fue una librepensadora que tuvo el privilegio de ser portadora de ideas avanzadas, se formó con los más nobles ideales del momento histórico en que desarrolló su vida intelectual.
Fue una mujer visionaria y embajadora del pensamiento latinoamericano, a quien el maestro costarricense, Joaquín García Monge, abrió las páginas de una de las revistas más importantes de la cultura nacional, el Repertorio Americano, aquí quedó plasmada la relación intelectual de dos pueblos que siguen siendo hermanos, el chile y el costarricense.
En 152 textos, entre ensayos y poemas transcurre el pensamiento de Gabriela Mistral, entre 1919-1951. Treinta años de escritura femenina latinoamericana, en un espacio intelectual, que fue tribuna del pensamiento costarricense y latinoamericano.
De cara al nuevo milenio, el estudio del pensamiento libertario y emancipador que nos legó a mujeres y hombres la Mistral, más que un ejercicio académico, debe llevarnos a reflexionar acerca del compromiso social y político, que tenemos las y los educadores de Nuestra América con la juventud latinoamericano.
Es tarea de mujeres y hombres con sentido humano y liberador, rechazar todo forma de opresión, más allá de nuestras fronteras. Realizar acciones concretas por la paz mundial y educar a las futuras generaciones, con los más nobles ideales que abrazó la maestra de América, la libertad, el amor al trabajo, el respeto y derecho a la tierra, y la paz para todos sin importar, clase sociales, pertenencia étnica, preferencias sexuales ni credos religiosos.

Grace Prada Ortiz

Estudios realizados:

  • 2002- Doctora en Estudios Latinoamericanos con mención en Pensamiento Latinoamericano. Tesis Doctoral.  Mención de Honor Cum Laude: Mujeres forjadoras del pensamiento costarricense: Ensayos  femeninos y feministas.
  • 1981 Máster en Ciencias Históricas. Universidad de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba. Moscú, Rusia.
  • Cursos Impartidos, seminarios sobre el tema de Género y Estudios latinoamericanos y Estudios de la Mujer, Literatura y género, Género y desarrollo rural. Historia de América Latina, Economía política de América Latina, Metodología de la investigación  Grado y posgrado.

Libros y ensayos publicados:

  • Mujeres  forjadoras del pensamiento costarricense: ensayos femeninos y feministas.
  • El pensamiento filosófico desde las Mujeres, Prometeo 33
  • La Feminización de la palabra y las pensadoras costarricenses, Prometo 38
  • Más de 40 ensayos e investigaciones  publicadas en  revistas nacionales y extranjeras tales como  la Revista Repertorio Americano, Temas de Nuestra América, Revista de  dones i text ualita.. Universitat de Barcelona, Facultad de Filología. Revista Ensayos pedagógicos. Universidad  Nacional. División de Educología. Investigación conjunta para la Red Internacional de  Formación. Colegio de las Américas, Canadá-UNESCO. Sobre temas de feminismos, género, historia de América Latina, pensamiento latinoamericano y feminista.

Distinción Académica:

  • 2004 Catedrática de la Universidad Nacional
  • Profesora Distinguida Maestría Regional en Estudios de la Mujer


 BIBLIOGRAFÍA.

ü  Mistral Gabriela. (Pedro Pablo Zegger), Pensamiento feminista-Mujeres y oficios. RIL EDITORES, Santiago, 1999
ü  Mistral Gabriela. Pensamiento pedagógico. Cuadernos del Centro 8. Centro de Estudios Generales. Universidad Nacional. Costa Rica, 1999.
ü  Mistral Gabriela. (Mario Céspedes. Gabriela Mistral en el “Repertorio Americano”, Editorial, UCR, 1978.
ü  Teitelboim Volodia. Gabriela Mistral Pública y secreta. Editorial Sudamericana,
ü  Santiago de Chile, 1996.