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jueves, 4 de julio de 2019

Humberto Díaz Casanueva



Libro reúne en poco más de mil páginas los 16 libros publicados por el autor
Publican toda la poesía de Humberto Díaz Casanueva
Poesía Completa. Das Kapital Ediciones, 2019
Por Leonardo Sanhueza
Publicado en Las Últimas Noticias, 3 de junio de 2019
Aunque ya han pasado casi 27 años desde su muerte, el poeta Humberto Díaz-Casanueva nunca ha dejado de estar presente por aquí y por allá. No sólo sus libros siguen sorprendiendo a sus lectores de siempre y cautivando a los más jóvenes; también su figura civil de diplomático y defensor de los derechos humanos es cada vez más admirada y su nombre ha sido escogido muchas veces para bautizar calles, escuelas y bibliotecas. Aun así, faltaba un punto clave en ese reconocimiento de quien fuera uno de los poetas chilenos más importantes del siglo veinte: la publicación de su obra poética completa, proyecto que durante décadas pidió a gritos su realización, pero que ya parecía condenado a no entrar nunca en tierra derecha.
Rompiendo de una buena vez con esa inercia inexplicable, por fin se ha materializado esa esperada publicación, que el sello Das Kapital acaba de lanzar con el título de Poesía completa. El volumen, preparado por Diego Sanhueza, reúne en un solo tomo los dieciséis libros de poemas que Díaz-Casanueva publicó en vida, entre 1926 y 1991.
A lo largo de sus mil páginas, el libro muestra en conjunto lo que el autor llamó una aventura literaria por los abismos del yo, ese oscuro lugar en que la existencia de los seres humanos se conecta con fuerzas misteriosas que se escapan a la racionalidad, pero que son inherentes a la vida misma desde tiempos inmemoriales. En su poesía, Díaz-Casanueva —Premio Nacional de Literatura de 1971— explora zonas que parecen propias de la locura, el sinsentido y la imaginación desbocada, pero que por otro lado siempre se aferran a cuestiones esenciales que han cruzado la historia del pensamiento, como los aspectos en que el ser humano contemporáneo no ha dejado de ser un habitante de las más heladas cavernas. Son poemas inexplicables, en los que la confusión de esas realidades enigmáticas se va entrelazando con símbolos, mitos y rituales de las culturas más antiguas y la historia de las religiones.

Quizás por eso uno de sus libros más "asequibles", como decía él, es el célebre poema Réquiem, que él escribió en Canadá con ocasión de la muerte de su madre. Su recordado comienzo, que pareciera remitirse a un paisaje metafísico, describe los fríos de Ottawa en que el poeta recibió la triste noticia: "Como un centinela helado pregunto: ¿quién se esconde en el tiempo y me mira? / Algo pasa temblando, algo estremece el follaje de la noche, el sueño errante afina mis sentidos, el oído mortal escucha el quejido del perro de los campos". A partir de ahí, la dolorosa experiencia va dando lugar a una gran elegía, pero también a una meditación acerca de la gran madre mítica, presente en casi todas las cosmogonías del mundo. Así, el poeta se resigna a llorar, pero también a "esperar que pasen los años /y de la cara en llanto salga un destello / y un día venga mi hija corriendo entre la yerba y muestre la granada vertiginosa / la paloma encendida / el sueño arcano / ¡que renace del fondo de la tierra!".

Experiencia africana
Además de su poesía, uno de los aspectos más recordados de Humberto Díaz-Casanueva fue su labor diplomática, iniciada en 1940. Nombrado por la Unidad Popular embajador ante la ONU en 1971, luego del golpe militar continúo en esa organización, donde destacó como uno de los seis expertos mundiales enviados a observar los efectos del apartheid en África. De esa experiencia surgieron sus poemas "El pájaro Dunga" y "El niño de Robben Island".