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jueves, 12 de febrero de 2015

Luce Fabbri, por Carlos Penelas

La situación que vive la Argentina es demasiado triste, vacua. Teatralidad, desprestigio, idolatría. Corrupción, hipocresía, frivolidad, ridiculez, atrofia mental, impunidad, chabacanería, vulgaridad, crimen, desamparo. Una realidad colapsada. Y más. Tenemos el gobierno y los políticos que nos merecemos. Un populismo irrecuperable, una población entre consumista y apática. Y una minoría que intenta ser -en este lodazal- democrática, honesta, consciente del horror. Del pasado y del porvenir. Seres que viven en una isla intentando imaginar una República.
Conocí a Luce Fabbri en 1983. La conocí en Buenos Aires, en el local de la Federación Libertaria Argentina cuando presentó su libro El anarquismo más allá de la Democracia. Hija del reconocido humanista italiano, Luigi Fabbri, vivió en Montevideo. Colaboró con revistas y diarios rioplatenses y europeos. En 1928 había finalizado el doctorado en Letras en la Universidad de Bologna. En 1929 se exilió junto a sus padres al Uruguay, su otra patria. Colaboró, entre otras, con la revista Studi Sociali. Dictó Literatura Italiana durante cuarenta años en Montevideo. Fue, además, una estudiosa e investigadora de las obras de Leopardi, Alighieri, Foscolo, Maquiavelo, entre otros clásicos. Hoy la recordamos.
“No se trata de renunciar a ningún fin, ni de ceder espacios. Sólo creo que allí donde rumorea subterráneamente la amenaza fascista, la lucha deber ser conducida de frente, por ciertas cosas y contra otras, pero no en el terreno del terremoto genérico y del “tanto peor, tanto mejor”.

“A mí el lenguaje me interesa muchísimo, porque veo en él la raíz misma de la libertad del hombre, diría casi, de la esencia del hombre como hombre. El ser humano está definido por su lenguaje, que no es sólo un vehículo, sino que es su sustancia misma”.
“Las grandes teorías, válidas para todos los países y para todos lo momentos, son peligrosas, arriesgan caer en el autoritarismo, si no estudian las condiciones del momento y del lugar”.
“Mi padre había llegado a la conclusión de que el amor es más anárquico que la misma idea de justicia”.
“…en el mundo contemporáneo la figura tradicional del obrero está desapareciendo casi, y por lo tanto todo, hasta el vocabulario de la lucha social, está perdiendo actualidad.”

Luce Fabbri nació en Roma el 25 de julio de 1908. Era hija de Luigi Fabbri y de Blanca Sbriccoli. Murió en Montevideo el 19 de agosto de 2000. En Uruguay fue pionera de la enseñanza del griego y del latín, hasta entonces relegada al ámbito religioso.



Carlos Penelas
Buenos Aires, febrero de 2015