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viernes, 7 de enero de 2022

 

Gabriela Mistral - Revolucionaria

JORGE TEILLIER

 ESPERANZA EN LA MUERTE. –  (A Gabriela Mistral)

Ahora sus manos duermen inmóviles en sus rodillas,

pero antes ha mostrado

el pan blanco para nuestra hambre,

o vertieron sobre las llagas

el dulce, eterno sol de la esperanza.

Ahora su boca está muda para nuestra boca,

pero nos ha dejado

la palabra que hace detener la primavera,

esa palabra más profunda

que el sueño de las piedras bajo las nieves de otros siglos.

 

Ahora su oído es un pez ciego, una corola rota,

pero ya no hay silencio

porque la ola del silencio halló su arena para morir,

y sobre esa arena no habrá campanas brillantes ni tambores de luto

sino un coro de niños pobres nimbados por mendrugos.

Porque allá está donde todo se recupera.

Nos aguarda en lo más hondo del día y de la tierra,

lejos de donde las sombras puedan jamás hallarnos,

resplandeciendo en su muerte.

Su muerte perfecta como un cántaro




Gabriela Mistral – Revolucionaria

Homenaje 65 años de su fallecimiento

 

EPITAFIO

¡Yo soy Lucila Alcayaga,

Alias Gabriela Mistral,

Primero recibí el Nobel

y después el Nacional!

 

“A pesar de que estoy muerta,

me sigo sintiendo mal.

Porque no me dieron nunca,

el Premio Municipal”

 

Gabriela Mistral fallece el 10 de enero de 1957, a las 4:10 horas en el Hospital General de Hampstead, en Nueva York, junto de su custodia, Doris Dana.  Diabetes, cáncer de páncreas, sellaron la vida del bate.

 

     Doris Dana acompañó a Gabriela, durante los últimos 9 años de su vida: los más taciturnos posteriormente de la muerte de Yin Yin, en 1943, Gabriela queda devastada. En 1945 recibe el premio Nobel de literatura, encontrándose muy triste y sola, dañada por el dolor que había causado menoscabos. Ella dice --lo único que le queda es morir- Asume un cargo diplomático en Estados Unidos. Da conferencias en varias Universidades, motivo por el que se topa con Doris Dana. Después de un año Gabriela recibe a Doris, por gran insistencia de conocerle. Se encuentran en momentos personales dolorosos. Doris es su compañera en el último período de la vida de Gabriela Mistral, convirtiéndose en su Secretaria, traductora, compiladora, recordatorio activo ante la quebrantada memoria de Gabriela; debido a su avanzada diabetes, y tantas cosas domésticas que Gabriela como genio ido, en ningún tiempo importó hacer-

 

En todo el continente hispanoamericano se brindan masivos homenajes durante su trayecto a Chile… Los restos mortales de Gabriela Mistral, se posan en el Aeropuerto de Cerrillos; fue transportada a la Universidad de Chile en Santiago. Se decretó tres días de duelo oficial; alrededor de su féretro pasaron miles de ciudadanos para despedirse. El 21 de enero se realizan los funerales, se constituye en una apoteosis de un pueblo agradecido; al igual que sucediera con su amigo y ex Presidente de la República don Pedro Aguirre Cerda.


LIBERTAD Y EMANCIPACIÓN

A comienzos del siglo pasado, lo beaterio de la sociedad, proporcionó un estereotipo que se debía seguir, por ello, habitual fue criticar lo diferente que no encajara con lo establecido. Gabriela fue una de ellas, luchó y venció la adversidad con su rompehielos de vida, innovó al expresarse tanto en la Educación como en la Literatura. Sólo un genio en esa adversidad consiguió hacer lo que ella forjó. “El Arte y Literatura es siempre una buena arma para expresar aquello que no encaja, rompió esquemas como en este caso. Y en una América Latina postergada, con afán de Libertad y progreso”.

Gabriela Mistral quebró lo límites de la casa, de la vida privada, confinada que se ocultaba bajo las alas de los cuervos, que anunciaban la vulgarización de la mujer que transitaba sola por las calles, que perdían los encantos sensibles de la aristocracia, y de caer a lo plebeyo. Gabriela Mistral con sed de “Libertad”, valientemente enfrentó a lo público que sólo estaba destinado a los hombres. En Gabriela fue más afanosa la necesidad de comunicar, de conceder conocimientos, revelar su inteligencia.

En sus venas ardía la sangre de proveer, esto, la llevó a incontables desavenencias e injurias. La sociedad no la doblegó, ni obligó lo beaterio a crear una familia, se trazó uno de los caminos más difíciles, como es, además, el de la literatura, el arte y la cultura. En la ciudad de Coquimbo la “Hermandad Laica y Masona”, la apoyó en la publicación de sus primeros trabajos literarios. Pasó lo límites al no decorarse a usanza de las mujeres aristócratas de la época. Comenzó a trabajar fuera del hogar, contra vientos y mareas ejerció una “profesión autodidacta”, la de maestra. Rechazó los “Movimientos Pro Emancipación de la Mujer Chilena”, por lo elitista, al no acercar a las mujeres y a los verdaderos problemas sociales, políticos y culturales, sin ni siquiera intentar sacar a la mujer de la casa, conectarla con el mundo y sus problemas, que son de todos.

Gabriela Mistral una espina del “Árbol de la Cruz de Querétaro”, para la emancipación de la tutela masculina, al integrarse al mundo laboral, con opinión política y literaria. Admirada por Pedro Aguirre Cerda, en esas gratas tertulias en la ciudad de Los Andes, donde visualizaban soluciones a los grandes problemas agrarios y laborales de los géneros.  Lugar desde donde escribió para la Revista de los X, y otras más, admirada por Pedro Prado. En esos años, se enamoró profundamente de Magallanes Moure, y fue reciproco.

Gabriela Mistral con sus opiniones y escritos, pasaron las fronteras de Chile, de Hispanoamérica, por eso, y otras calificaciones positivas, fue elegida por José de Vasconcelos de México, para integrarse a un equipo de educadores mexicanos, la “Reforma Nacional Educacional”.

Efectivamente, Gabriela Mistral presagió el destino de los movimientos feministas de los años 20 y 30. Porque hoy, el feminismo aún no tiene un espacio público, no está visible, vive en un hermetismo. Sin embargo, el feminismo discreto y cauto que practicó Gabriela Mistral, toma cada día más valor, es integrador, reconociendo sus capacidades como mujeres, interpretando sus propias experiencias vitales, sus necesidades, definiendo sus valores de manera autónoma. Gabriela Mistral en los años 20 y 30, avanzó en contra de las injusticias sociales que afectaban a las mujeres, madres y niños, luchó por la educación libre, obligatoria y gratuita, por los Derechos Humanos en el sentido más amplio.

Gabriela Mistral de ningún modo pretendió desmantelar la jerarquía masculina, ni el dualismo sexual, siempre fue pro-mujer, jamás anti-hombre, su Prosa y Poesía así lo demuestra. Creyó en la gesta política, en la construcción de nuevas sociedades en Latinoamérica, integrando a la mujer en lo público, en lo político y, por tanto, en las deliberaciones respecto a los deberes y derechos como individuos, sin demostrar el “emanciparse”, sino, por la libertad y las oportunidades, de asumir roles en el ámbito público, en igualdad de condiciones con los hombres, reconociendo sus diferencias en otros oficios.

En las sociedades latinoamericanas. Gabriela Mistral rebasó las fronteras de la vida como mujer y en lo general, se defendió y ganó al absorber todo ese cambio, “mujer libre, en un escenario adverso”. Si nos detenemos hoy, estos temas siguen siendo un problema para el siglo XXI.

 “Un niño a mi lado se apoderaría a tal punto de mi corazón, que me impediría amar al de enfrente, al de la esquina, a todos los demás”. 

G. M. (1925)


DIGNIDAD

En ningún tiempo será de buen tono escabullir en la vida privada de las personas, es más, de aquellos íconos que existen en nuestra memoria, sin poder defenderse, que están en la evocación colectiva, de los que fueron y fuimos defendidos, peor aún, aquél estentóreo no sabe “quién es Gabriela Mistral es su inmensidad humana, intelectual, poética, política, diplomática y social”. Sin dejar la posibilidad de estudio, a nuevas generaciones por construir un espacio mejor de vida. Es torpe situar y desvirtuar la obra de nuestra creadora, con imaginarios y burdos pasajes de la vida personal, sin tomar su legado en su contexto general. De esta forma manifiestan la mezquindad de quienes las escriben, dañando su propia dignidad.


OBRA DE GABRIELA MISTRAL

Con los textos de Gabriela Mistral incluidos en este epítome, afirmo el amor con que fueron escritos, intento cumplir, uno de su más preciado interés, -que su obra alcanzara a todo Chile-, -fuese accesible a todo el mundo-. En realidad, la obra completa de Gabriela Mistral es mucho más, de lo que expongo en este compendio, por sí, están sus libros que ella publicó: Desolación (1922), Lecturas para mujeres (1923), Ternura (1924), Breve descripción de Chile (1934), Tala (1938), Lagar (1954), Contando a Chile (1957) Edición póstuma por Doris Dana. Lo restante, son publicaciones en la prensa o revistas, por ejemplo: en Argentina, el Diario “El Tiempo”, “La Nación” y “El Gráfico”; en “El Espectador” de Colombia, en donde regularmente envió Artículos por más de 6 años, (refiriéndose a los más diversos temas). En la Revista “Repertorio Americano” de Costa Rica, en el cual publicó durante 32 años ininterrumpidamente, desde el año 1919 con su prosa, “La oración de la Maestra”, hasta el año 1951, con otra prosa, “Kindergarten”, en total, se registran más de una treintena de ellas, de carácter rigurosamente pedagógico. –

El inventario de publicaciones de Gabriela Mistral, en la revista “Repertorio Americano”, es tan variado como numeroso; se contabilizan casi -dos centenares-: de poesías, canciones, prosas, epístolas, boletines, críticas, biografías, comentarios políticos, filosóficos y estéticos, así como experiencias pedagógicas, cuentos y críticas literarias.

El animoso interés de Gabriela Mistral por apoyar la obra impulsada y dirigida por don Joaquín García Monge, con quien logró establecer una entrañable amistad. Su aporte a la revista fue trascendental en su consolidación, no sólo por la constancia y profundidad, derivada de sus publicaciones, sino por la defensa y exhortación universal, convocó a diferentes intelectuales de participar activamente en la revista, Gabriela Mistral pregona con decidida convicción, “Una institución del espíritu”, en el cual expresa:

…García Monge ha trabajado para cada uno de nosotros, y no hay nadie quien no le deba algo, entre cuantos tenemos la pretensión de 12. La categoría contextos de aprendizaje se utiliza en una acepción más amplia del hecho educativo, con la cual se designa desde una perspectiva positivista el objeto de estudio de la pedagogía, reduciendo el fenómeno a una consideración histórica y estática. Por el contrario, contextos de aprendizaje permite construir un objeto de estudio pedagógico mucho más contextualizado, dinámico e integrador. Aprendizaje o de docencia, en estos países. Ahí hemos conocido el último buen poeta o nos han llevado de la mano a comprar la mejor novela del año. (R.A., XI, N° 13, 1922,7 de diciembre, p. 193).

Líneas más adelante asevera con vehemencia:

…Allí la síntesis filosófica; allí la tribuna de la -escuela nueva-, allí el poema depurado; allí el bravo comentario social: allí la voz de aliento para el que trabaja denodadamente: allí todos, uno a uno, los compartimientos del espíritu, el de la gracia y el de la verdad, teniendo la gracia el mismo espacio que la política y la historia el mismo que el folklore. (Ibídem)- “De Toda Gabriela Mistral” en Repertorio Americano.


BORRAR UN MITO IMPROPIO

Gabriela Mistral envió trabajos a tantos países, incluyendo en el País, en donde transitoriamente le tocó vivir. Resaltan los más simultáneos como: “La Nación” de Argentina, “El Mercurio” de Chile, “El Espectador” de Colombia cada semana o mensual, y regularmente, “Repertorio Americano” de Costa Rica; “Excélsior” y “Cuadernos Americanos” de México. Razón por la cual, sus textos se repiten constantemente en diferentes Bibliotecas Latinoamericanas.

Si nos preguntamos ¿cómo conseguía dinero?, esta es la respuesta, sus artículos fueron remunerados rigurosamente, dineros que fueron depositados periódicamente. En cambio, en Chile, bajo el Régimen de Carlos Ibáñez del Campo, ordenó suspender por 6 años su mensualidad, dineros que se reajustaban arbitrariamente y enviaban irregularmente. Por lo demás, al cambio le resultaba reducido.

   Nos hemos dado cuenta en el tiempo transcurrido, que aún no sabemos ¿quién es ésta Gabriela?; ¿ésta poeta tan reservada?

  Cuando tenía 17 años  protegió a la mujer publicando un artículo en un Periódico Regional; patrocinó la Reforma Agraria; la Educación Primaria y Obligatoria, como rúbrica en su enseñanza; su servicio vocacional a su Patria y América Latina, defendiendo el principio fundamental que es la educación de calidad, para todos los niños; insistió que los profesores deben ser felices en lo que hacen, felices en sus vidas; entendió claramente que los niños son un ser integral, que a veces no es tan importante el contenido de las materias, sino, la formación de individuos.

 A pesar de haber sido perseguida y calumniada por jacobinos políticos, y mesiánicos beaterios, por no tener Título Académico reglamentado. Y no subscribió militancia a Partido Político alguno, que le sirviera de mecenas.

 

 “La enseñanza ha de estar llena de espíritu; el maestro para darla, debe ser un hombre idealista no por accidente sino por vida interior; sin desdeñar el confort de la sala y el auxilio del material copioso, hay que recordar que el alma del maestro importa más que eso, mucho más.”

“Todos los vicios y las mezquindades de un pueblo son vicios de sus maestros.” 

G. M.

 

Hay quienes han dedicado extensos estudios o ensayos, en tratar de establecer si “Desolación”, que ciertamente, es una de las obras capitales de la literatura latinoamericana del siglo XX. No hay duda que ella se enmarcó dentro del modernismo. Me atrevo a decir, que enseguida pasa a ser la primera muestra del post-modernismo emergente por aquellos años. 

Surge tras ella una poesía que se ha denominado "posmodernista" (equivocadamente pues no es una continuación del modernismo) que supera la poesía más grandilocuente del modernismo y se centra en temas cotidianos y aparentemente mundanos. Se trata de una poesía simplemente intimista. Su poesía es sencilla y delicada, con temas como la muerte, el dolor, la soledad... Gabriela Mistral representa esta línea intimista alejada del modernismo, al mismo tiempo de las vanguardias que ya habían aparecido. Ella apostó por una poesía más personal y humana, lejos de las modas. Gracias a su maestría pronto su voz hizo un lugar propio. Como La Argentina, Alfonsina Storni (1892-1938) y La Uruguaya, Juana de Ibarbourou (1895-1979), posteriormente, fueron grandes amigas y confidentes. Gabriela Mistral manifestó en su obra, en relación a no adscribirse a ninguna escuela, o tendencia literaria, más o menos oficial, o académicamente canonizada. Sí podemos apreciar algunos guiños a varios autores, es indudable que lo propio de lo Mistraliano, es un ser que se nutre y brota de la vida misma… fue ésta su escuela lírica y no otra.

Gabriela Mistral recorre Europa y el mundo con vuestra poesía, diferentes de otros poetas chilenos y latinoamericanos, que viajaron a buscar estilos, poetas y poesía, -incluyendo a nuestro gran Huidobro, que, a posterior, desde Latinoamérica asentó estilo: poco criollista, surrealista, anti-poeta, creacionista e imaginista. El Creacionismo es el resultado de su escapismo, con algo de estética poco americanista, pero si su aspecto expresivo de este continente. Quizás paradójico, un americanismo con cierto contenido europeizante-


RESPETO A LA POETA INTERNACIONALISTA Y REVOLUCIONARIA

Mis respetos a los autores estudiosos de Gabriela: Carlos Roberto Mondaca, Federico de Onís, Raúl Silva Castro, Alejandro Gumucio, Manuel Guzmán Maturana, Virgilio Figueroa, Roque Esteban Scarpa, Sergio Fernández Larraín, Marie-Lise Gazarian-Gautier, Marybel Soto, Francisco González y Mario Oliva. “Mistralianos”, Nacionales e Internacionales, con estudios serios y de gran categoría, sin embargo, no puedo evitar de concebir desagrado: de publicaciones pequeñas y parciales de la obra de Gabriela Mistral, que dejan sabor a nada, grandes “Prólogos” y escasa obra, falseando la imagen a su persona; de nuestro ícono. En donde sólo resaltan sus “egos”; personajes usurpadores, que no son aceptados en el mundo de la creación literaria, llevándola a una élite, que sólo ha servido más de manejo vanidoso que cultural, de quienes las escriben, que faltan el respeto al lector.

Su figura y su nombre han sido utilizados en símbolos patrios. Ícono del -Libre Mercado-, debido a su familiaridad para el común de los chilenos. Su retrato es utilizado en un billete junto a próceres nacionales, como, Manuel Rodríguez, Bernardo O’Higgins y Arturo Prat entre otros.

Gabriela Mistral, es el nombre más utilizado para nombrar escuelas, bibliotecas, Universidad, Editoriales, una marca de licor y cuadernos, una Caja de Compensación, finalmente, un Centro Cultural Semiprivado financiado por el Estado, el más grande del país.

Este sobre-utilización de la imagen de Gabriela Mistral, no ha significado en lo absoluto una popularización de su obra.

Si bien su poesía infantil, es parte de cierta sabiduría popular, su poesía más rigurosa y aguda, como su prosa, es material aún ignorado por muchos.

Durante el Régimen Militar a la fecha, seguimos potenciando, a la poetisa infantil sin fortalecer el total de su enorme obra. Como resultado, sólo se conoce la imagen popular de Mistral, como la creadora exclusivamente de rondas, oraciones y canciones de cuna, como una mujer tierna y simple, una madre que sólo abriga a sus niños, la madre buena que apacigua.

Esto deberá cambiar, pretendemos conocer a la Gabriela mujer, al genio, a la Nobel que tiene opción de vida particular, sin contraer matrimonio, la Gabriela que tuvo grandes amores, apasionada y excitante, con el hombre que se antojó amar, visionaria, poseedora de un pensamiento crítico sobre los procesos educacionales, políticos, sociales, agrarios, artísticos y económicos del mundo, sobre todo, de América Latina.

Alcanzando un reconocimiento internacional notable, el cual sobrepasa con creces al recibido en nuestro país. Carácter fuerte y dura opinión, directa, fastidiosa para algunos pocos delicados. La mayoría debiera saber que Gabriela Mistral, participó activamente en la “Reforma del Sistema de Bibliotecas en México” junto a José de Vasconcelos. Estuvo con el General Francisco Villa, quien elogio a Gabriela en medio de la transición Revolucionaria a la Democracia, que fue asesinado un 20 de julio de 1923. Sin miedo, entre ajusticiamientos y rezagados disparando; armó su equipo de trabajo y se fue al campo a educar.

Donó la mayor parte de sus colecciones de libros, -unos tres mil volúmenes-, a la biblioteca pública de Vicuña, representó a Chile en diferentes Organizaciones Internacionales, incluyendo en la ONU, con el tema “Condición Jurídica y Social de la Mujer”, en 1954, y en 1955, en la gran sala de la ONU con “Mensaje sobre los Derecho Humanos”.

Es muy relevante señalar que fue la primera mujer chilena que representó a nuestro país en la Asamblea de las Naciones Unidas. Su ideal de paz, de justicia, de concordia entre los seres humanos, su fe en la educación y en los valores del diálogo entre las culturas, son los ideales que animan la acción de la UNESCO, conmemorada con una Placa Grabada” ocupando un sitial póstumo. Fue rechazada por el fascista Mussolini. Estuvo en España y rechazó la Dictadura de Franco, se relacionó con la “Resistencia”, con Victoria Kent y otros poetas.

Aportó ideas a la Reforma Agraria en Chile, con Pedro Aguirre Cerda en su libro “Problema Agrario” y con Eduardo Frei Montalva. Nuestra Gabriela mantuvo una relación clandestina con Augusto César Sandino de Nicaragua. Ayudó a los niños españoles huérfanos producto de la Guerra Civil; dedicó poemas y donó las utilidades de uno de sus libros. Y tantas otras cosas que podemos decir de nuestra Revolucionaria.


SU TESTAMENTO Y DERECHO DE AUTOR

Gabriela Mistral estipuló que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur, debía destinarse a los niños sin recursos de Montegrande. Y la venta de su obra en otras partes del mundo, a Doris Dana y su más noble amiga Palma Guillén, quien honorablemente renunció a la herencia, en beneficio de los niños sin recursos de Chile. Esta petición de la poetisa no se había podido realizar debido al Decreto Nº 2160; que derivaba los fondos a editoriales e intelectuales. Finalmente, se restableció su Testamento, derogando tal decreto. Actualmente los ingresos producto de su obra, debieran llegar a los niños de Montegrande en el valle del Elqui, a través de la Fundación “Fondo Franciscano Hermana Gabriela Mistral”- quienes son los custodios del legado de la poeta, los Derechos de Autor; los derechos íntegros al patrimonio de Gabriela Mistral, de las publicaciones- enteras o parciales- -denuncio que numerosas de ellas han sido publicada sin autorización, son punibles bajo la protección del Derecho de Autor-

Cito: CAPITULO II Sujetos del Derecho: Artículo 6°- Sólo corresponde al titular del derecho de autor decidir sobre la divulgación parcial o total de la obra. Artículo 7°- Es titular original del derecho es el autor de la obra. Es titular secundario del derecho el que la adquiera del autor a cualquier título…” (En este caso es la Orden Franciscana de Chile) y Artículo 10.- La protección otorgada por esta ley dura por toda la vida del autor y se extiende hasta por 70 años más, contados desde la fecha de su fallecimiento…”

Cito: Derechos de Autor. - Los tipos de derechos de acuerdo con la legislación chilena se dividen en dos:

a)     Morales:

Artículo 3) Mantener la obra inédita. -Sobre esto, la sensibilidad y derecho de Gabriela Mistral, al no querer publicar sus textos, inéditos -han sido violados por personajes inadaptados que se arrogan Potestad sin que nada se las otorgara-

b)   Patrimoniales:

Consisten en la utilización de la obra, ya sea su publicación, reproducción, adaptación, ejecución, traducción o transformación. Los derechos patrimoniales pueden ser cedidos a terceras partes, previa autorización del autor o titular de los derechos. “Como es el caso a la Orden Franciscana de Chile”.  La Ley Nº 17.336, sobre Propiedad Intelectual, de 2 de octubre de 1970.


RESPETO A LA DIGNIDAD DEL SER

Gabriela Mistral contrajo matrimonio con la vida misma, con la literatura, la poesía, la educación; por nosotros, y generaciones venideras, con la libertad. Se adhirió con amor a su América.

 Revolucionaria, no deseaba casarse y menos dedicar tiempo a un matrimonio. Gabriela Mistral leía de día y de noche, escribía de día y de noche, miles de epístolas, cientos de artículos, cientos de poesías, de pensamientos, ideas, protegiendo su América. ¡Qué bien por todos nosotros y para las generaciones venideras!

Lamento de esos personajes desvirtuados que aún siguen denostando. Inclusive, se vio obligada a desmentir por su embestidura poética, dignidad y diplomacia, acosada de rumores de que no era mujer. Es muy triste distraer a un genio creador, obligándole a revelar más su resentimiento, desmintiendo calumnias:

- “Acerca de Chile, mientras menos se diga, mejor”. –Respondió una vez Gabriela Mistral.

-En otra ocasión declaró:

  “Incluso me han colgado este tonto lesbianismo, lo cual me hiere en una forma que no puedo siquiera poner en palabras. ¿Es posible ver una falsedad mayor?”.

 - “¡América, América! 

    Todo por ella, porque todo nos vendrá de ella.” Gritó Gabriela.

 

 Ésta jovencita de 16 años, -edad de las muñecas-, pide que se instruya a las mujeres en un artículo publicado en un periódico de Coquimbo, por ése sólo hecho, fue tildada inmediatamente de feminista. Otros, más ignorantes la tildaron de marimacha, y otros epítetos repugnantes.

Gabriela Mistral, estaba por la dignificación de las mujeres como seres humanos y ciudadanas, hasta entonces, de segunda clase.  Visualiza la educación como la única posibilidad de hacer de ellas personas libres, dignas y capaces de revertir la ignorancia de las futuras generaciones. En tiempos en que las mujeres estaban confinadas y condenadas a quedarse en sus casas para cocinar, engendrar hijos y atender maridos.

 Gabriela Mistral fue una Revolucionaria como lo diría Joaquín Edwards Bello, la recuerda en París en misiones oficiales, “ensimismada soñaba con la democracia, con el reparto agrario, con la suerte de Puerto Rico y Nicaragua”. Y precisamente en uno de los textos de apoyo a la gesta de Sandino, Gabriela escribió: “…voy convenciéndome de que caminan por la América, vertiginosos tiempos en que no digo las mujeres, sino los niños también, han de tener que hablar de política, porque vendría a ser (perversa política) la entrega de las riquezas de nuestros pueblos, el latifundio de puños cerrados, que impide una decorosa y salvadora división del suelo, la escuela vieja, que no da oficios al niño pobre, y da al profesional a medias su especialidad, el jacobinismo avinagrado, de puro añejo que niega la libertad de cultos, que conocen los países cultos, las influencias extranjeras, que ya desnudan con absoluto impudor ante nuestros gobernantes”.


 Una Enorme Revolucionaria

Gabriela Mistral dijo una vez: “me gustaría que bautizaran un cerro de Montegrande en mi honor”, producto de una conversación a su loable y desinteresada labor realizada a nivel Mundial, siendo una Mestiza de la Cordillera, de un Valle con cerros hermosos; lo consiguió póstumamente: el 7 de abril de 1991, en el que sería su 102 cumpleaños, el cerro Fraile pasó a llamarse Gabriela Mistral.

 “Yo he sido, sin embargo, un espíritu desesperado, amargo y enviciado en su amargura, como en una droga diabólica. Una de mis mudanzas enormes es mi busca de la alegría. La busco hoy con una preocupación casi infantil. Me creo la alegría de mañana; al levantarme pienso en la de hoy. Es cómico: casi me la organizo oficialmente. Procuro, en primer lugar, no tener esas horas muertas, en que el alma se va hacia la tristeza, como el ciervo al agua, naturalmente.” G. M. 1905.

Roberto Matta dijo de Gabriela: “fue una enorme revolucionaria en el sentido más humano del término”.

No fue marxista ni menos anarquista, pero no se opuso a las transformaciones profundas. Elogiaba cosas del comunismo y criticaba duramente otras, como la política antirreligiosa, y las medidas que ponían en riesgo la familia. Rechazó los “Movimientos Pro Emancipación de la Mujer Chilena”, por lo elitista, al no acercar a las mujeres y a los verdaderos problemas sociales, políticos y culturales, sin ni siquiera intentar sacar a la mujer de la casa, conectarla con el mundo y sus problemas, que son de todos. Participó activamente en la “Reforma del Sistema de Bibliotecas en México” junto a José de Vasconcelos. Estuvo con el General Francisco Villa, quien elogio a Gabriela en medio de la transición Revolucionaria a la Democracia, que fue asesinado un 20 de julio de 1923. Sin miedo, entre ajusticiamientos y rezagados disparando; armó su equipo de trabajo y se fue al campo a educar. Donó la mayor parte de sus colecciones de libros, -unos tres mil volúmenes-, a la biblioteca pública de Vicuña. Representó a Chile en diferentes Organizaciones Internacionales, incluyendo en la ONU, con el tema “Condición Jurídica y Social de la Mujer”, en 1954, y en 1955, en la gran sala de la ONU con “Mensaje sobre los Derecho Humanos”.  Denunció la invasión soviética a Finlandia en 1939, apoyó la política de paz de la URSS durante la postguerra. Del mismo modo rechazó la política anticomunista de González Videla en Chile, entre otros acontecimientos.

Estuvo cerca de los principales líderes socialcristianos como Eduardo Frei y Radomiro Tomic, de quien fue amiga y comadre, no por eso, se definió como democratacristiana.

Gabriela deseo una Iglesia al servicio de los sin recursos, una distribución equitativa de la riqueza, con respeto inamovible por el individuo, su singularidad y su derecho a auto-gobernar sus decisiones. Quería, aseguraba, conservar “la mayor suma de individualismo dentro de una norma colectivista”. Su fundamento era básicamente ético y cristiano, dentro de una religiosidad singular, inicialmente católica, luego budista y con inclinaciones teosóficas, hasta volver al catolicismo inicial matizado por la permanente lectura de la Biblia, su admiración por San Francisco de Asís. Gabriela Mistral, seglar de la Orden Franciscana Menor.

 

EL CERRO DE GABRIELA MISTRAL. -

 En noviembre nos reunimos en La Casa del Escritor, en Simpson 7, con el escritor y testarudo por definición José Chapochnik. Alto y flaco espécimen

de la voluntad que raya en la locura, ya que él es el hombre que cumplió uno de los deseos que Gabriela Mistral, pidió a Chile para que se le recordara en su querido Montegrande.

Pero viajemos por esta historia en orden cronológico, acompañados de los recuerdos y emociones de su artífice ...En diciembre de 1945 Gabriela Mistral ganó el Premio Nobel de Literatura. Eso produjo un gran revuelo acá en Chile, tal que desde ese mismo instante comenzó a recaudarse dinero para construirle un monumento en homenaje en La Serena. El dinero se reunió en 1947, eran 250 mil pesos de la época, y la obra fue encargada a la escultora y amiga de ella Laura Rodig. Mistral, que en ese momento era Cónsul de Chile y residía en Monrovia, recibe esta noticia con un disgusto mayúsculo y, siendo como era, resuelve enviar dos cartas urgentes: una dirigida a su amiga Isolina Barraza y la otra al gobierno del presidente Gabriel González Videla. En ellas deja muy en claro que no le interesan los homenajes, que prefiere mil veces que todo lo reunido se reparta entre los niños pobres del Valle del Elqui, y, en caso de que insistan con el asunto, les recuerda que lo que ella más ama es la naturaleza y que elijan entre uno de los cientos de cerros de su tierra natal para que lleve su nombre, de esta forma se sentiría perpetuada y no le costaría nada al erario nacional.

Sin embargo, ¡las vueltas que debió darse en su tumba la Mistral, si supiera que esta idea, en apariencia sencilla, sólo se concretó 44 años más tarde!

Las autoridades de la época quedaron de una pieza. ¿Acaso pretende esta mujer burlarse de ellos? Lo cierto es que su petición quedó escondida en algún rincón de la pieza de burócratas llenándose de herrumbre, situándose en el olvido.

Pero hubo gente que no quería que así sucediera. Desde su amiga Isolina que por más de veinte años bregó una lucha frente a ciegos de timbres y sordos de formularios sin ningún resultado. Otros intentaron la empresa, pero de nuevo los rostros como puertas cerradas se paseaban por las oficinas municipales, por los pasillos de los gobiernos.


 “EL TURCO” ENTRA EN ESCENA. -

Cómo llegó este “regalo” a las manos de Chapochnik (algunos de sus conocidos le apodan “El Turco”). En 1988, participaba en un encuentro internacional de escritores, en vísperas de celebrar el centenario del natalicio de Gabriela, cuando se entera de las peripecias que había sufrido Isolina Barraza y otros más tratando de cumplir con el deseo de la escritora. José los escuchó y pensó en la cantidad de errores que se habían cometido, que, para él, siendo vendedor y conocedor del arte de convencer, le sería muy sencillo. Así que decidió tomar el desafío como suyo y empezar a mover los engranajes necesarios para “lograr en sesenta días” la misión de cambiarle el nombre a un cerro.

No supo entonces Chapochnik en que se estaba metiendo. A la sazón contaba con una empresa de plásticos muy productiva y que le daba excelentes divisas; una familia protegida. Era, también, partícipe del Pen Club; miembro de la Sociedad de Escritores de Chile; de la Academia Iberoamericana de Poesía, España, del Grupo Fuego de la poesía y del Ateneo. Verá su vida tambalear en la obstinación y la locura, incluso tendrá que pagar un alto precio por cumplir con la principal poetisa chilena.

Al año siguiente elaboró un plan de trabajo, redactó algunas cartas y se lanzó en la búsqueda de las interminables reuniones con las autoridades de la región y con el gobierno militar. Desde el general Pinochet, la hija de

éste que entonces era parte del consejo de la cultura, hasta intendentes, gobernadores y alcaldes. Recibía dos tipos de respuestas: las alabanzas, los abrazos y compromisos, que rápidamente quedaban en nada; o sencillamente, por otro lado, el no rotundo del desinteresado.

Puso en práctica el plan B. Comenzó a dar charlas sobre Gabriela Mistral y el objetivo en que estaba empeñado en todas las principales ciudades de Chile, desde Arica hasta Castro, creando un nivel de “conciencia nacional” con respecto a su tarea. Utilizó su empresa como soporte de difusión: en cada sobre que le mandaba a sus clientes y proveedores puso un impreso que decía “Queremos que un cerro con el nombre de Gabriela Mistral en el Valle del Elqui” y volvió a intentarlo reuniéndose con las autoridades. ¿Qué paso con este nuevo paso?... Pues nada.

Otra idea. Si los resultados no se obtenían desde dentro del país, quizás sería distinto si existiera una presión desde afuera, desde los distintos enclaves culturales del mundo. Que el tema fuera de discusión obligada en las distintas embajadas y fiestas diplomáticas. La cosa era hacer ruido. Consiguió una lista con las direcciones de 800 escritores y autoridades del orbe e inicialmente escribió 1600 cartas, de las cuales la mitad eran manuscritas, contrató dos secretarias para tal efecto. A cada carta que envió le sacó una copia y las empastó para tenerlas como recuerdo; sin embargo, fueron muchas más las respuestas, de gente tan distinta como François Miterrand, presidente de Francia, o de Javier Solar, Ministro de Educación y Cultura de España, pero nunca recibió respuesta del alcalde de Coquimbo.

¡Cuánta verdad la del profeta en su tierra!

Un día recibe una carta de Manuel González, escritor madrileño, quien se compromete a iniciar en su país todo un movimiento internacional que apoye esta tarea. Allí se lanzó a rodar esta bola de nieve que se fue haciendo cada vez más grande, y Chapochnik seguía con su buzón a tope.

Actualmente se guarda en su casa museo, 27 tomos empastados con todas las misivas que recibió.

El hombre perdió casi la razón; perdió su industria. Se sumergió tanto en el qué hacer que se transformó en obsesión. Además, cada carta, telegrama, viaje o reunión significaba un costo que sólo él solventó, a costa de su empresa que descuidó de tal forma que sus clientes más importantes fueron levantados por la competencia siempre atenta a cualquier debilidad en el mercado. Comenzó a empobrecerse.

La Junta Nacional de Gobierno en esa época, casi finalizando la dictadura militar, lo recibe en una reunión donde estaban los comandantes en jefe de las ramas del ejército y la policía. Merino, Stange, Mattei y Sinclair lo escuchan estupefactos en uno de sus discursos más vehementes que quizás en otras circunstancias habrían significado que lo echaran a patadas de la sala de reuniones. Meses después lo llama el comandante Merino en persona y le dice que el asunto se había debatido y aprobado, que mandará todos los antecedentes al Consejo de Desarrollo Comunal de Paihuano, dónde obviamente tuvo el visto bueno en tiempo record y fue derivado a Bienes Nacionales.

¡Cuánta felicidad!, la tarea estaba hecha.


 PERO NO TODO PUEDE SER TAN FÁCIL...

En el Ministerio de Bienes Nacionales se escuchó otro NO, que se sumó a la larga lista que ya tenía reunida. Ocurre que en el Valle del Elqui no queda nada que no esté en poder de los privados. Lo único público es el camino y las nubes sobre él, pero todo el resto ha sido vendido a los particulares.

La desazón e incluso la depresión se apoderó de “El Turco” Chapochnik, mientras le seguían mandando cartas y haciendo artículos en diarios mexicanos, portugueses e italianos. Él estaba destrozado, pero como todas las historias hermosas que ocurren en el mundo, en el último momento,

cuando estaba por dimitir, a su casa llegó un mensaje escrito por los escritores uruguayos y su presidenta María Eugenia Huerta que decía así :

José:

Yo sé que estás cansado. Tienes frío. En este momento hay cuarenta grados bajo cero. Tus manos están entumecidas, tus pies gangrenados, falta el oxígeno. Tú sabes que vas a morir. Pero estás colgando de una soga a seis metros de la cima del Aconcagua. En nombre de todos los escritores del Uruguay, te pedimos que hagas ese último esfuerzo, que subas los seis metros que te faltan, porque si tu bajas ¿Quién sube de nuevo?... Ese gesto le salvó el alma. En ese momento se produjo el cambio de gobierno, iniciándose la serie de gobiernos. Decidido a continuar, se dirigió al Conservador de Bienes Raíces de la Región y averiguó el nombre de todos los dueños de predios y empezó a contactarse con cada uno de ellos para averiguar quién cedía un cerro. Esta parte de la operación significó abocarse en ella por tiempo completo y pensó que a la larga su familia le entendería. Entonces la abandonó. Por otro lado, su empresa estaba quebrada.

La mayoría de los cerros importantes en Montegrande pertenecían a comunidades, eso hizo más difícil la labor ya que si uno solo de ellos se oponía, no se podía hacer nada.

Allí se dio cuenta de los cierto en que estaba la Mistral al decir que en Chile tenía muchos enemigos, los cuales aún persisten en la cuarta región, porque incluso se llegó a aducir que cambiarle el nombre a un cerro traería multitudes paganas a la región que le rendirían culto a la escritora y romperían con la tranquilidad del valle. Mistral, en sus misivas de 1947, reconocía que el cerro que llevaba siempre en su corazón era aquel que miraba desde niña en su casa, el cerro El Fraile; pero como ya estaba bautizado, era mejor que buscaran otro. Un día sentado en la Plaza de Montegrande junto al nuevo Alcalde de la comuna, Chapochnik se dio cuenta de que el único cerro que no había considerado era justamente ese, ya que la Gabriela lo había rechazado. Decidió ir donde los dueños de El Fraile.


EN BUSCA DE EL FRAILE. -

El cerro El Fraile pertenecía a una comunidad de importantes exportadores de uva que apenas se quedaban unos meses en Chile. Les escribió una carta, pero esta vez él mismo iba con ella pegado como estampilla. Esta era la última instancia a la cual recurrir, tantas eran las negativas que había recibido. Lo atendió en Santiago un señor llamado Jorge Cifuentes, de cara impávida, que le escuchó decir el eterno discurso que “El Turco” sabía de memoria. Pasaron los minutos de monólogo hasta que el interlocutor, aparentemente cansado, levantó una mano y le dijo “¡Basta!, el cerro es suyo”. Chapochnik no pudo aguantar las lágrimas y se echó a llorar abrazado por el empresario.

Después de eso, buscó el auspicio del Ministerio de Educación para hacer la ceremonia del cambio de nombre del cerro. En aquella época estaba de Ministro Ricardo Lagos, que se vio acosado por 30 días, mañana y tarde,

ser reconocido como “El Loco del Cerro”. Consiguió el auspicio. Luego fue donde las autoridades de la cuarta región y entonces cometió unos de sus pocos, pero grandes errores: obnubilado por su logro se empeñó en realizar la más magna fiesta de bautizo y permitió que en la intendencia se generaran

comisiones para la ceremonia. -Imagínense a 22 grupos de burócratas tratando de ponerse de acuerdo en el tipo de canapé del cóctel o en el color del mantel de las mesas-. El resultado fue una cadena enredada e imposible de tramitaciones y decisiones por tomar. Pasaron meses y la historia no tenía fin. Aprovechó ese tiempo para hacer las gestiones en el Instituto Geográfico Militar, y lograr que el cerro con su nuevo nombre apareciera en los mapas. Ese también fue un trámite de mañanas y tardes, en donde se ganó por cansancio.


 LA TIERRA VUELVE A ABRIRSE BAJO LOS PIES.

Pasaron los meses y un día recibe un llamado de Jorge Cifuentes. “Tengo malas noticias” -le dijo- “Mi socio que vive en Alemania, ha cambiado de opinión y no quiere que el cerro cambie de nombre, para no alterar la idiosincrasia del lugar”. Chapochnik en un segundo se convirtió en el más grande de los farsantes, que hasta había movilizado al gobierno de una nación en lo que entonces se transformó en una mentira. Temblando, preguntó cuándo vendría el “socio alemán” a Chile para tratar de convencerlo personalmente, y esperó a que la situación se confirmara. A aquella reunión Chapochnik fue acompañado de la prima de Cifuentes, la señora Luisa Hermosilla. Fueron hasta un fundo en las afueras de Santiago donde sin previa cita entró en la sala de reuniones y se encontró de frente con su último gran obstáculo. El “socio alemán” salió de sí, gritó y amenazó, “¡¿Cómo es posible que entre así a mi casa?!”, pero ante la presencia de la Sra. Hermosilla se calmó lo suficiente como para escuchar el eterno discurso del deseo de Gabriela. Luego de un rato de distancias insalvables, convidó al “Turco” a que lo acompañara a su habitación donde le enseñó sobre la cama un inmenso póster de Gabriela Mistral. Chapochnik estaba mudo. Luego le enseñó unos álbumes de fotografías en donde aparecía junto a sus padres y a Gabriela misma en algunos veranos que ya pasaron hace tiempo. “¿Usted cree que yo no amo a Gabriela?”, le dijo. Y entonces José, sin poder contenerse, tomó al alemán por la camisa y lo sacudió con todas sus fuerzas llenándolo de insultos y preguntándole “¿Cómo es posible que si quiere tanto a la Mistral se niegue terminantemente a su último deseo?”. Esa es una respuesta que nunca ha podido conseguir. Lo que sí consiguió es que aquel hombre de mediana edad, rubio y sacudido, lo apartó como pudo, sudando y nervioso, se dirigió a la Sra. Hermosilla, y le dijo: “Luisa, tráeme los papeles, lo que sea lo firmo”.


 SUBIÓ HASTA SU TUMBA. -

Los días se sucedieron. Se hicieron gestiones en distintos niveles. Los dueños del cerro el Fraile se transformaron en los más grandes defensores de las ideas de Chapochnik, consiguieron títulos y papeles en Bienes Raíces; solicitaron formalmente el cambio del nombre; sobrevolaron la zona para hacer una nueva cartografía detallada del cerro. Así, el 12 de noviembre de 1990, el Instituto Geográfico Militar cambió el nombre del cerro El Fraile, en el mapa de Chile, por el de Gabriela Mistral.

Al poco tiempo de concretada la maravilla a fuerza de porfía y a costa de mucho sufrimiento, José Chapochnik recogió los documentos oficiales y otros tantos papeles de su interés durante esta travesía y se fue a Montegrande. Atravesado por la emoción subió hasta el Mausoleo de Gabriela Mistral. Solo frente a la poeta, se abrazó a su tumba y gritó a todo pulmón “¡Gabriela, te lo cumplí, te lo cumplí!”. A pesar de todas las pérdidas que debió afrontar José Chapochnik, confesó que estaba en lo cierto cuando pensó que algún día su familia perdonaría tal locura en la que se vio arrastrado. Recuperado a su esposa y a su hija; invirtieron lo que quedó manteniéndose juntos.


EPÍLOGO

En este homenaje a Gabriela Mistral, a 70 años de este máximo galardón en la Literatura. Estos 10 volúmenes, más un Compendio de su obra poética que publicó, deseamos y creemos, haber logrado, en un intento serio y sincero, de contribuir con un pedazo de bronce, a esta figura que crece en estatura monumental.

 Hemos querido reunir y cumplir el significativo y siempre vigente papel, que su autora le asignó, al más amplio conocimiento de esta generosa vida, que, convertida en poesía, pretendió y fue capaz de derramar tantas y tan valiosas enseñanzas de fraternidad humana.

En Gabriela Mistral permanecerá su halo, de -Misterio y Fascinación-, -Título de la Antología General- la Latinoamericanista que apoyó la Liberación de Nicaragua, con Sandino, y dijera: “Lo de Nicaragua, aprieta el corazón. Lástima que no le demos, sino palabras al hombre heroico.”. 

Admiró a Don José De San Martín y sus gestas de liberación. A Simón Bolívar con su pensamiento y los derechos de los pueblos, a ser estados independientes. 

En este homenaje, a nuestra galardonada con el Premio Nobel de Literatura. Honramos a nuestro icono, quien tuvo un mensaje para el maestro, su patria, mensaje de libertad y pan, de liberación y derecho, de justicia, en las dimensiones del Continente Americano.


AGRADECIMIENTOS

A la Orden Franciscana de Chile, por la confianza depositada a nosotros y a nuestra Fundación Unión Chilena de Escritores UCHE, que es una realidad nuestro Proyecto Gabriela Mistral "Misterio y Fascinación"

Agradecemos a todos los Patrocinios otorgados de Ilustres Municipalidades a lo largo de Chile.

Agradecemos los Patrocinios del: Ministerio de Educación de Chile, Honorable Senado de la República de Chile, DIBAM, CNCA, DIRAC, UNICEF. MINREL. Universidad de la Rioja, SINABI de Costa Rica. Biblioteca Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, UBA - Argentina, Universidad de Santiago de Chile.

 

“Mi cabeza no me responde bien como antes. Hay tardes en que no sé dónde estoy (y para lo que me importa…)

Y tardes en que los recuerdos del Valle de Elqui me agarran, como esos remolinos de aire a las hojas. Ahora, escribiendo estrofas de mi “recado sobre Chile”, huelo en el aire frío, atrapo sobre el frescor de la nieve, un aroma que llega roto por los pinares, y en el que reconozco las manzanillas, que mi madre ataba para sus infusiones. Y me acude un aroma a brasero, que es toda mi vida de maestrita pobre, en escuelas más pobre aún. Gracias a cada niño que me dijo, sin más, Gabriela, y a cada maestra que vio su oficio en mis gestos.

“Se me va todo, se nos va todo. Apenas puedo despedirme… G. M.

 

Mario Reinaldo Artigas Contreras

                                                             

 



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